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Actualmente, Colombia experimenta un giro hacia el fortalecimiento de iniciativas productivas a nivel rural. En este sentido, la floricultura es uno de los sectores más destacados con un registro de exportaciones de US$1.213 millones entre enero y junio de 2022.
Teniendo en cuenta este panorama, surge una interrogante: ¿Cómo mantener los estándares de calidad en los cultivos de flores? En el siguiente artículo, se expondrán los principales elementos sociales, económicos y ambientales que impulsa la floricultura, asi como las ventajas energéticas que ofrece el gas licuado (GLP) para la consolidación del desempeño competitivo.
La floricultura ha contribuido a la transformación social en el campo mediante la construcción de escenarios:
La floricultura representa una amplia cantidad de puestos de trabajo. Cada año, crea alrededor de 200.000 empleos directos e indirectos; de estos, el 65% son ocupados por mujeres pertenecientes a contextos rurales en la sabana de Bogotá y el oriente antioqueño. Así, la Asociación Colombiana de Exportadores de Flores (Asocolflores), se ha encargado de ofrecer una serie de beneficios para cerrar las brechas de género en el sector:
El cultivo de flores posee estándares productivos enmarcados en el manejo adecuado de recursos naturales y conservación del medio ambiente. Al respecto, los esfuerzos se ven reflejados en la implementación de:
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La tecnología provee herramientas para la optimización del rendimiento de las instalaciones florícolas. Algunas de las iniciativas AgTech de mayor impacto son:
Agricultura de precisión: equipos automatizados que simplifican tareas correspondientes a la disposición y mantenimiento de los cultivos. Por ejemplo, una máquina clasificadora puede seleccionar rápidamente las mejores flores en cada lote producido. Esto disminuye los costos económicos de una jornada de trabajo y supone menor desgaste en los trabajadores asignados.
Logística: con la llegada de la pandemia se programó un software que permite la trazabilidad de las cadenas de suministros a nivel global y se desplegaron terminales de carga especiales para la exportación de flores a través del Aeropuerto José María Córdova. De esta manera, los vendedores locales encuentran compradores internacionales en el menor tiempo posible. En efecto, la convergencia de estos elementos es sumamente importante, ya que las flores son productos perecederos. Además, los clientes pueden evaluar en la plataforma los costos económicos y seguimiento de los envíos.
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El gas licuado (GLP) ofrece diversas ventajas competitivas durante la fase de cultivo y cosecha de flores de exportación a través de la gestión oportuna de aspectos:
El gas licuado proporciona soporte energético confiable para los invernaderos con el funcionamiento de los sistemas:
Térmicos: los calentadores de aire para invernaderos abastecidos con gas licuado poseen un mayor poder calorífico por una cantidad menor de combustible y abarcan una zona de hasta 1.000 m2 . Además, el CO2 generado durante su combustión puede ser utilizado para fertilización carbónica. Esto supone un ahorro en gastos de energía y fertilizantes.
Humedad: La cantidad de agua presente en el aire es una variable que requiere un balance entre calefacción y ventilación. De este modo, con un calentador de gas licuado con ventilación es posible obtener una fuente de calor constante y un mecanismo automatizado para el intercambio de aire entre el interior y el exterior del invernadero.
Iluminación: La durabilidad del poder calorífico del gas licuado y su bajo costo permiten la presencia de luz artificial en el momento en que el cultivo lo requiera debido a la ausencia de luz solar o por descensos en la temperatura. Del mismo modo, el gas licuado interviene como fuente de generación eléctrica para la red de riego por goteo, lo que proporciona un uso eficiente del agua para evitar ahogar o deshidratar el cultivo.
En suma, la articulación de estos tres factores es crucial para que se cumpla el ciclo biológico (fotosíntesis, respiración, transpiración y maduración) de las flores.
Las plagas pueden convertirse en un serio problema para el rendimiento de los cultivos. En particular, la floricultura sufre serios daños por parte del hongo Botrytis cinerea. Frente a esto, el gas licuado es una excelente opción para combatir esta amenaza sin la necesidad de utilizar fungicidas o plaguicidas tóxicos. El método consiste en la separación manual del material vegetal muerto o los ejemplares vivos afectados para su posterior incineración en un lugar aislado para evitar la propagación del hongo. La principal ventaja de realizar esta tarea con gas licuado radica en sus bajas emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Además, no produce hollín, lo que disminuye su impacto ambiental y posibles repercusiones en la salud de los trabajadores.
La conservación de la belleza es el valor principal de la floricultura. En este sentido, los productores deben cuidar la incidencia del etileno, gas de origen natural que ocasiona el envejecimiento de la flor con la caída prematura de hojas y pétalos, formas anormales y pérdidas de color. Por ende, el gas licuado puede ayudar al manejo de esta situación. Con un sistema de dosificación de CO2 y vapor de agua utilizando gas licuado, se fortalece la floración hasta disminuir los niveles de etileno y enfermedades en el ambiente hasta el embarque del producto.
La floricultura tiene un enorme potencial socioeconómico por aprovechar. El mercado floricultor puede seguir conquistando nuevos clientes a nivel internacional debido a las variables tradicionales y exóticas de flores presentes en el país. Por esta razón, el gas licuado asume un papel central en el rendimiento de los cultivos. Con esta alternativa energética no solo se obtienen productos de primera calidad, sino que se impacta positivamente a nivel ambiental.
Conoce más sobre las exportaciones de flores en Colombia aquí.
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