La eficiencia energética reduce los gastos de operación y las emisiones de carbono de las organizaciones. Al mismo tiempo, mejora la reputación de las empresas, pues revela su compromiso con la sostenibilidad medioambiental y con la promoción de prácticas verdes.

En el sector industrial, la eficiencia energética optimiza las operaciones, porque mantiene la producción sin exigir nuevas inversiones. También, disminuyen los gastos de mantenimiento de maquinarias y equipos, mediante sistemas de gestión virtual que conservan las instalaciones en óptimo estado y detectan de manera oportuna las averías.

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A su vez, con la eficiencia energética, las organizaciones aumentan sus posibilidades de crecer y expandirse, e incluso de ser más productivas. 

En definitiva, son varios los beneficios de la eficiencia energética. A continuación se presentan con detalles algunos de ellos:

1. Reduce los costos operativos

Las organizaciones pueden controlar la cantidad de energía que emplean. En este sentido, la eficiencia energética es la mejor estrategia, pues ayuda a evitar fugas y desperdicios de energía. 

Un dato significativo es que las instalaciones comerciales desperdician el 30% de la energía que consumen, según el programa Energy Star de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos. Por tanto, invertir en eficiencia energética reduce en un tercio los costos energéticos. 

La eficiencia energética es rentable y ofrece un buen retorno de la inversión. Así, las soluciones de eficiencia energética adoptadas en el sureste de Estados Unidos han supuesto un retorno de la inversión del 387% en tres años, de acuerdo con la Alianza para la Eficiencia Energética del Sureste de ese país.

En conclusión, reducir los gastos energéticos y mantener la producción aumenta la rentabilidad de las empresas; incluso las empresas podrían aumentar su producción con la misma energía. 

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2. Mejora la reputación empresarial

Una estrategia sólida de eficiencia energética ayuda a que las organizaciones mejoren sus relaciones con clientes, proveedores, accionistas y otras partes interesadas. 

De hecho, el 58% de los consumidores, al momento de comprar, tienen en cuenta los esfuerzos que una empresa realiza para ser sostenible, según una encuesta realizada por el Natural Marketing Institute en 2017. 

Adoptar una estrategia de eficiencia energética es también una señal de que la empresa está abierta a las nuevas tecnologías y de que se esfuerza en tener una gestión eficiente. Esta mejora reputacional se puede convertir en fuente de atracción de clientes, inversionistas y, en general, de la buena opinión del público.

3. Promueve la salud y el bienestar de los empleados

Las personas que trabajan en edificios energéticamente eficientes tienen mejor desempeño cognitivo y mejor calidad de sueño, según un estudio de la Escuela de Salud Pública Harvard y la Universidad Médica Upstate, en el estado de Nueva York.

Mantener los sistemas de calefacción, ventilación y refrigeración limpios y contar con espacios con buen aislamiento térmico ayuda a proteger a los colaboradores de las enfermedades respiratorias relacionadas con el trabajo. Por su parte, la buena iluminación evita la fatiga visual. Ambas estrategias crean un entorno ameno y saludable para los ocupantes de un edificio. 

La eficiencia energética asegura el manejo eficiente de las edificaciones y, con ello, la buena calidad del aire, el control de la temperatura y la reducción de la contaminación y de la humedad excesiva. A largo plazo, tener empleados sanos disminuye los costos de salud de las empresas. 

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4. Aumenta la productividad de los empleados

Los empleados de las empresas que se toman en serio la eficiencia energética son más productivos, porque tienen a disposición iluminación adecuada y sistemas de calefacción, ventilación y refrigeración correctamente instalados, según una investigación publicada en la revista Frontiers of Psychology. 

Por otro lado, las organizaciones de vanguardia adoptan medidas para reducir los desperdicios de energía y gestionar mejor su uso. Con ello controlan gastos, son mejor percibidas por sus clientes, contribuyen con el bienestar y el confort de sus empleados y son más productivas. El resultado final es una mejora de sus indicadores financieros y operativos.

5. Permite crear nuevos negocios 

Una vez que las empresas llevan a cabo la inversión necesaria para alcanzar la eficiencia energética pueden desarrollar nuevos negocios gracias a los ahorros en su factura energética y a las mejoras operativas que logran. 

Al consumir menos energía, las empresas pueden también vender sus certificados de reducción de emisiones de CO2 en el mercado de bonos de carbono. El objetivo de este mercado es incentivar el cuidado del medioambiente y obtener beneficios económicos, porque se considera a estos gases como bienes transables a precios de mercado. 

Puntos principales:

• Apostar por la eficiencia energética en el sector industrial mejora la productividad, pues ayuda a mantener la producción con menores costos de energía.
• Las instalaciones comerciales desperdician el 30% de la energía que consumen, según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos.
• Una estrategia sólida de eficiencia energética ayuda a que las organizaciones mejoren sus relaciones con clientes, proveedores, accionistas y otras partes interesadas.
• Los empleados de las empresas que se toman en serio la eficiencia energética son más productivos.
• Adoptar una estrategia de eficiencia energética es una señal de que la empresa está abierta a las nuevas tecnologías y de que se esfuerza en tener una gestión eficiente.